Enrique Benimeli


Informática · Educación
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Un laboratorio de texto

✍🏼 Enrique Benimeli

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Más por necesidad que por cualquier otro motivo, he creado txtlab (nombre provisional, creo), una caja de herramientas para escribir y procesar texto. Tal vez esa necesidad sea, simplemente, intentar ser más productivo con algunas tareas recurrentes en mi día a día, tanto en lo personal como en lo profesional.

La herramienta permite, por ejemplo, ordenar, agrupar y formatear listas de elementos. También puede ser de gran ayuda para escribir sin distracciones, establecer objetivos y compartir el progreso de escritura. Iré incorporando nuevas funciones a medida que las necesite.

Como profesor, la función para procesar listas me resulta especialmente práctica. Cualquiera que se dedique a la docencia conoce bien la cantidad de veces que creamos y organizamos listados y grupos de alumnos, cada uno con su orden y formato particular (y casi nunca el que realmente necesitamos).

También suele ser necesario ordenar y agrupar estudiantes bajo determinados criterios para ciertas actividades y proyectos. En ocasiones debemos aplicar un modelo de organización del aula para un trabajo cooperativo, donde los estudiantes estén distribuidos en grupos heterogéneos. Bien, pues txtlab puede proponer, por ejemplo, una configuración de grupos (ABC, ABBC, etc.).

Es cierto que ChatGPT resuelve muy bien este tipo de tareas, pero un problema importante sigue siendo la privacidad de los datos. A estas alturas, a ningún profesional que maneje información sensible se le ocurriría introducir en ChatGPT datos cuya publicación pudiera vulnerar las leyes de protección de datos. Ejem…

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La herramienta txtlab no almacena ni envía ningún dato, así que podemos introducir en ella cualquier tipo de información. Esto resulta útil para listados de personas con datos que no podemos compartir externamente.

La aplicación también es muy adecuada para redactar textos y mantener la privacidad de los contenidos. Todos los procesos tienen lugar en el propio navegador, sin enviar datos a terceros. Eso sí: si queremos conservar el contenido escrito o procesado, tendremos que copiarlo manualmente.

Por supuesto, he programado una opción para activar el modo oscuro, que permite redactar más cómodamente. Y creo que la simplicidad de la interfaz ya invita a hacerlo sin distracciones. La tipografía, de momento, es fija: una monospace, un tipo de letra en el que cada carácter ocupa exactamente el mismo ancho. Me gusta porque recuerda a la máquina de escribir y, además, aporta uniformidad visual y menos distracciones. Así nos centramos más en lo que escribimos y menos en cómo se ve.

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El área de redacción muestra varias métricas y controles. Podemos establecer un objetivo de número de palabras a escribir. A medida que redactamos, podemos consultar tanto el número de palabras escritas como el porcentaje alcanzado respecto al objetivo. También podremos ver el ritmo de escritura, medido en palabras por minuto.

Esta zona para escritores incluye además un reloj que se inicia automáticamente al teclear la primera letra. También puede ponerse en marcha manualmente, así como pausarse y reiniciarse.

Y, por supuesto, cuando se alcanza el objetivo de palabras aparecerá una notificación para celebrar el éxito. 🎉

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Empezar a escribir · txtlab

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Esta web personal es un cajón de sastre, pero en La ventana digital intento poner orden. También escribo en Ocho en punto sobre organización personal. En Esfera TIC, sobre educación y TIC. En ocasiones, escribo notas al vuelo.